Tu quieres creer
Que eres el dueño de tu vida
Sigues ignorando
La fuerza que te mantiene vivo
Principios que marquen un rumbo
Acertado pa´l destino del moribundo mundo
Que en aras de crecer siente un ácido que lo hace decrecer
La enferma ambición no lo deja ver
Adoraron un becerro de oro
Y ahora les decimos en coro
"Maravilloso y grande es el Señor"