El día nace entre penumbras y el frío de la soledad
Se cuela entre los huesos y nadie llega a sospechar
Que los delirios de una fe irracional
Resultan poco para la muerte espantar.
Un café negro es un intento de fuerzas para soportar
El caos y el tormento de un simple día laboral
Se espera poco de la cotidianidad
Aunque la suerte sea tu dios en realidad
Una vez que te persignas ya no hay mal que te haga trizas
Aunque no hay nada de malo en ser un poco desconfiado
Unas cosas son de dios otras solo son de vos
Y de cómo en este día se acomoden uno a uno los planetas
Una penca hace su oficio alejar los maleficios
Y una vela a María te asegura la comida
Una pata de conejo te sirve como amuleto
Y si ves un gato negro
Es mejor que ya estés muerto
El día trece con sus dudas
Algunos rezan por sus culpas
Y no te queda nada más que esperar