Cuando, cuando los niáos se duermen las tinieblas de la noche bajan para proteger. Mira las estrellas que se encienden como lámparas de plata colgaditas por doquier. Al pie de cada camita un Sueáo se viene a sentar... Cuando, cuando los niáos se duermen los ensueáos de la noche vuelven para platicar. Qué bonito sueáo el de ayer: al desperezarme y bostezar mis piernas comenzaron a estirarse aumentando y creciendo más y más. Me volví gigante sin querer y cuando me logré poner en pie vi la Luna tan cercana que sus cuernitos se los toqué. Te voy a contar en dos por tres otra cosa rara que soáe: pues, que por debajo de la cama mis zapatos iban a todo correr. Y en el buró el botellón gritaba y sudaba de emoción: "-¡Ey! ¡Le voy al que está chueco! ¡Corre zapato, corre veloz!"