Lo nuestro duro era que un soplo en el viento
Un susurro perdido, un fugaz momento
En vez de rogar de pedirle más
Se despidió con una risa que me hizo temblar
Me viene un rincón vacío y callado
Mirando la puerta al alma en pedazos
Dejó una promesa rota, un sabor amargo y la piel helada
Dicen que fui yo el que siempre se iba primero
Pero esta vez amarla quise sincero
Y se marchó, dejándome el eco de un beso robado
Un adiós que me dejó marcado y el tiempo detenido como encantado
Volví a las noches sin nombre al humo de los bares
A buscar respuestas lugares vacantes
A las esquinas que guardan secretos
Y a los recuerdos que arden como fuego
No quise insistir con flores sin vida
Ni ser un lamento ni una herida
No quise adornarla con promesas buecas
Ni fingir que la pena se apaga y se seca
Cerré la puerta, apagué la voz
Dejé que la noche se acabara
No quise fingir que la pena se apaga y se seca
Cerré la puerta, apagué la voz
Y en el silencio juré por amor
Que en las madrugadas sin nombre buscaría mi paz sin reproche
Y se marchó, dejándome el eco de un beso robado
Un adiós que me dejó marcado y el tiempo detenido como encantado
Volví a las noches sin nombre al humo de los bares
A buscar respuestas lugares vacantes
A las esquinas que guardan secretos
Y a los recuerdos que arden como fuego
Y así entre sombras y brisas prestadas
Fui fantasma de mis madrugadas
Esperando que el tiempo
Curará lo que nunca se acaba