Que alegría al ver, que tus ojos, han de brillar a la espera.
Audaz salto lleno de gloria, empuáando con fervor, viejas banderas.
Fiel compadre del lujo del ser libre de verdad.
Marcados sin titubear
presos de un mismo sueáo.
Monigotes de profesión, relojeando con desazón,
viviendo del miedo.
Esperando ver resbalar y trastabillar, a las fieras.
Estrechando las manos con la angustia del dolor.
Sorteados a defraudar
presos de un mismo sueáo.
El corazón latiendo a toda velocidad
y la ilusión como estandarte.
Mi corazón se aferra a gritos a tu ilusión
las venas arden hasta quemarme, hasta quemarme...